Té moruno
A mediados del siglo XIX, los ingleses tuvieron que buscar nuevas salidas comerciales para el té, a causa de la guerra de Crimea, que inhabilitaba el mercado eslavo. Se volvieron entonces hacia Marruecos, concentrándose en Mogador y Tánger.
Hasta ese momento la infusión favorita de los árabes era la de menta y durante el invierno la de ajenjo. Al suavizar el té el amargor de estas infusiones, el cambio fue muy bien acogido entre la población, generando incluso un arte del té. El té verde, generalmente Gunpowder, ha pasado a ser parte indispensable de la hospitalidad marroquí. Se le denomina Té Moruno, y se le conoce popularmente como el “whisky bereber”.
En Tea Shop puedes encontrar este tradicional Té Verde con Menta en dos versiones: nuestro Té Verde Moruno es una excelente base de té Gunpowder a la cual se combina el frescor de las hojas de menta verde; en cuanto al Té Verde Moruno Superior, destaca por ser elaborado con la variedad de Té Verde Pinhead Gunpowder Special, el grado más valorado de los Gunpowder por el tamaño tan pequeño de las hojas. ¡Impresionante!
El té es una verdadera ceremonia. Lo prepara normalmente el anfitrión de la casa o en su ausencia su mujer o la persona de más edad. Si tuviéramos ocasión de ser invitados a un té árabe o té moruno, asistiríamos al siguiente ritual:
Se ofrece a los invitados una jofaina con agua fría, para que puedan lavarse las manos. Tras ello, alguien traerá un hervidor lleno de agua, la caja del té verde, el azucarero y sobre una bandeja, la tetera y los vasos con un ramito de menta fresca. Mientras el agua empieza a hervir, se pone en la tetera una cucharada de postre de té para dos vasos. Cuando el agua hierve se vierte una pequeña cantidad sobre el té, moviendo la tetera con un suave movimiento circular para mojar el té, y se vacía el contenido en un vaso.
Se repite la operación dos veces más con dos nuevos vasos, con el fin de lavar el té de impurezas. Entonces se vierte en la tetera el primer vaso y añadiendo agua hirviendo se lleva al fuego la tetera. Cuando el té hierve –cuanto más hierva, más fuerte será- se retira la tetera del fuego y se añade la menta, que se habrá preparado previamente y también un gran terrón de azúcar. Para terminar se añade un terrón de azúcar por taza.
Después empieza el proceso de aireación. Se llena un vaso de té y se pasa de este a la tetera dos o tres veces seguidas, elevando la tetera, para que el líquido se estire y el té se oxigene. Sólo faltará comprobar el punto de azúcar, llenar definitivamente los vasos y servir a los invitados.
Mientras se consume, las hojas continúan en infusión, resultando cada té más fuerte que el anterior.
Por ello hay un dicho Bereber que reza:
"El primer té es suave como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero amargo como la muerte".
En invierno la hoja de menta es rara, por lo que la sustituyen con la Chiba, una planta aromática que no es otra que la absenta. Su perfume es sorprendente. También se utilizan la verbena y otras plantas que suelen componer las infusiones.
Los bereberes del Valle del Sous, acompañan el té con pan que mojan en aceite de oliva o de erguén y después añaden miel. Bajando hacia el sur , en el desierto, la menta desaparece por completo. En Guelmin se puede probar el té de los saharauis, que hierve y hierve. Es tan fuerte que se corre el riesgo de, al tercer vaso, estar dando saltos entre los árboles!
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