¿Sabes por qué tomar té caliente?
Durante el proceso de preparación del té, el agua caliente hidrata las hojas y extrae de ellas sus componentes, que aportan a la bebida su aroma, sabor y nutrientes. De entre los más de 300 componentes del té destacan los flavonoides, sustancias fitoquímicas con propiedades antioxidantes. Los antioxidantes del té son muy reactivos, por los que se oxidan y desaparecen al exponerse al oxigeno del aire.
Más propiedades
Dado que los antioxidantes son muy beneficiosos para el organismo, beber té caliente recién preparado es mejor, en este aspecto, que beber té frío. Si dejamos la infusión en un recipiente abierto, poco a poco se irá reduciendo por oxidación el contenido de antioxidantes. Los antioxidantes se mantienen estables a temperatura ambiente durante 7 horas, y a partir de ese momento se reducen en un 20%.
Cuando se toma el té caliente, se perciben con mayor intensidad el aroma y el sabor, ya que las papilas gustativas son más sensibles a las temperaturas cálidas que a las frías. Cuando el indicador de temperatura reacciona, el cerebro recibe señales eléctricas sobre el sabor de la bebida, que son más intensas, en proporción a la temperatura.
Alarga la conservación
Una buena opción para mantener el té y otras infusiones como recién preparadas, es conservar la bebida caliente en un recipiente térmico. La ausencia de oxígeno y la conservación de la temperatura permiten disfrutar de todo el sabor y las propiedades de la bebida transcurridas varias horas, ya que el cierre hermético atenúa la oxidación. Además facilita el transporte, pudiendo llevar nuestro té favorito en perfecto estado hasta el lugar donde vayamos a consumirlo.
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